Míchel González

En los banquillos, su logro más destacado fue la clasificación para disputar la Liga Europa, que consiguió como entrenador del Getafe en la campaña 2009/10.

Casado con Mercedes Morales, también madrileña, tiene dos hijos, uno de los cuales, Adrián, también se formó en las categorías inferiores del Real Madrid y jugó en el Getafe hasta la temporada 2010/11, coincidiendo en una etapa con su padre como entrenador del equipo.

Durante su larga trayectoria en el Real Madrid, mantuvo polémicas con distintos entrenadores e incluso con la afición, pero su elegancia y exquisitez, así como su talento para abastecer balones a Hugo Sánchez, entre otros, hicieron del jugador uno de los imprescindibles en el club y en la selección española.

Tras abandonar el Real Madrid se marchó al Atlético Celaya mexicano, donde ya jugaban antiguos compañeros suyos como Emilio Butragueño y Hugo Sánchez.

[5]​ El 27 de abril de 2009, sustituyó a Víctor Muñoz como entrenador del Getafe CF,[6]​ consiguiendo salvar al equipo azulón del descenso al sumar 8 puntos en los 5 últimos partidos, lo que le valió su renovación.

[7]​ En la siguiente temporada, la 2009/10, clasificó al conjunto madrileño para disputar la UEFA Europa League y logró el mejor puesto en Liga de la historia del club tras finalizar en sexta posición.

[8]​ Su última campaña en Getafe fue la 2010/11, en la que, a pesar de mantener al Geta en Primera División, el presidente decidió no renovar su contrato tras una irregular segunda vuelta.

El equipo andaluz ocupaba la duodécima posición, habiendo cosechado veintidós puntos en diecinueve jornadas al obtener seis victorias, cuatro empates y nueve derrotas.

[21]​ Su estreno en el Stade Vélodrome fue exitoso, ya que su equipo goleó por 6-0 al Troyes.

Sin embargo, los resultados no le acompañaron en los siguientes partidos, por lo que fue objeto de críticas.

[29]​ Se incorporó al conjunto andaluz cuando estaba flirteando con los puestos de descenso, y aunque comenzó sumando un solo punto en 3 partidos, luego enlazó 4 victorias en 5 jornadas que le catapultaron a la permanencia.

Como internacional absoluto, debutó en Zaragoza en 1985 ante Austria y fue titular indiscutible durante los 66 partidos siguientes, exceptuando un encuentro amistoso que se perdió por lesión, hasta que el entonces seleccionador Javier Clemente dejó de contar con él.