Esta región ofrece una muestra de los vinos tintos más ejemplares de Argentina, teniendo todas las cualidades óptimas para dar lugar a vinos tintos ‘clásicos’ mendocinos.
La creación y posterior divulgación de esta DOC dio lugar a una muy importante estandarización en la industria del vino en Mendoza, sobre todo en la forma de hacer malbec, dando lugar a un estudio mucho más profundo de los diferentes terroirs, no solamente de Mendoza (donde se destaca un gran trabajo en Valle de Uco, Maipú y la DOC San Rafael), si no de la diversidad que ofrecen otras regiones vitivinícolas del país.
Para ese entonces, ya se había traído la cepa malbec, desde Burdeos, gracias a Michel Aimeé Puget y Domingo Faustino Sarmiento, actor clave en esta iniciativa y quien por ese entonces era gobernador de la provincia de San Juan.
Rápidamente se extendió a todo Cuyo, con principal hincapié en Mendoza.
La visión de aquel puñado de productores era luminosa y diáfana como una mañana: si no hacían nada por sostener un patrimonio vitícola que venía en declive, más temprano que tarde lo lamentarían.