Tras el matrimonio de sus hermanos, su padre y ella se trasladaron a Madrid.
[2] Al terminar la Guerra Civil, ingresó en 1941 como administrativa en el Ejército del Aire.
Su primera novela Patricia Rilton (1950), quedó entre las finalistas del Premio Nadal, y en otras dos ocasiones sus obras fueron seleccionada para el mismo (Perjurio, por ejemplo).
El manantial, de Ayn Rand, era la novela que más veces había leído, según confesó a la prensa, y admiraba también la obra literaria de escritoras como Carmen Laforet, Elena Quiroga y Ana María Matute.
También afirmaba que un serial de cuarenta capítulos tardaba en escribirlo quince o veinte días, trabajando en él seis u ocho horas diarias.
Colaboró además con el escritor alicantino Fernando Martínez Beltrán, con quien escribió las piezas teatrales La mujer de cristal y Sin celda, representadas en diferentes localidades catalanas, la segunda con bastante éxito.
La escritora mantuvo estas colaboraciones radiofónicas hasta los años sesenta del pasado siglo, adaptando para las ondas más de cincuenta novelas.