Luis de Sirval

Su muerte generó gran repercusión y provocó una serie de protestas a raíz de la condena del asesino, por «simbólica o demasiado benevolente», a juicio de personalidades como Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Azorín o Juan Ramón Jiménez.

[6]​ El legionario Dimitri Iván Ivanoff fue condenado en agosto de 1935 a seis meses de prisión[7]​ y a un pago de 15 000 pesetas como compensación a la familia de Sirval,[8]​ sentencia que según Aznar Soler levantó «indignación generalizada entre los intelectuales españoles».

[7]​ Sirval, que había llegado a Asturias cuando el movimiento revolucionario ya había sido abortado, fue detenido poco antes de enviar su tercer reportaje a El Mercantil Valenciano, en el que, a través del testimonio de tres legionarios, se implicaba al teniente Dimitri Iván Ivanoff en el fusilamiento de la joven de diecinueve años Aida Lafuente –que luego pasaría a la historia como «La Rosa Roja»–.

Dicho tribunal rechazó también los testimonios presentados, hasta 27, por Eduardo Ortega y Gasset, abogado defensor, e insistió en que al teniente se le disparó accidentalmente la pistola, impactando sobre el periodista seis de los siete tiros, el último de ellos en la sien.

Por su parte, Unamuno, Machado, Besteiro, Juan Ramón Jiménez y Azorín firmaron un manifiesto en contra de la sentencia.