En las pechinas, inscritos en óvalos, representó a cuatro personajes bíblicos: Jeremías, Daniel, David e Isaías; sobre el altar mayor, pintó la Transfiguración del Señor, y, en el intradós de la cúpula, la imagen de Dios inscrita en un óvalo.
[1] También destaca por su amplia actividad como ilustrador, escenógrafo y decorador festivo.
Como paisajista e ilustrador, prolonga las tendencias románticas en fechas tan tardías como la década de los cincuenta.
[1] Realizó trabajos como decorador, tales como catafalcos, transparentes alegóricos y monumentos como el templo asirio erigido en 1844 para festejar la visita de Isabel II.
[1] Tuvo una faceta como escenógrafo para el pequeño teatro del Liceo y para el Principal: en este último coliseo, sus obras más importantes fueron las decoraciones elaboradas para las zarzuelas de gran espectáculo Los Magiares, en 1857, y Catalina o la Estrella del Norte, en 1858.