En 1873, su padre falleció repentinamente en París y él, con veintidós años, heredó el ducado de Medinaceli y otros 32 títulos nobiliarios.
Sin embargo, la duquesa falleció al año siguiente sin dejar descendencia y el duque volvió a contraer matrimonio en 1878 con Casilda de Salabert y Arteaga, VII condesa de Ofalia, hija del marqués de la Torrecilla.
La explicación oficial fue que cayó accidentalmente sobre su escopeta; sin embargo, corrió la versión de un suicidio.
Su muerte trajo consigo un sinnúmero de dificultades legales, ya que falleció intestado y con su viuda embarazada.
Fue enterrado en el Hospital de Tavera en Toledo.