Louis Édouard Pie

Cuando aún no había cumplido ocho años, falleció su padre, por lo que la familia pasó grandes dificultades económicas y el joven Édouard recogía estiércol para la lumbre.[1]​ Cursó sus primeros pasos en la carrera eclesiástica y en los estudios teológicos en el Seminario de San Sulpicio, en París.En diversas cartas pastorales calificó a los católicos liberales como «lobos cubiertos con pieles de ovejas».Entre sus asiduos lectores se encontraba el futuro papa Pío X.[3]​ Trabajó para volver a la celebración de los concilios provinciales, cuyos decretos ejecutó conforme al espíritu que los había inspirado, y extendió los estatutos que habían preparado veinticuatro sínodos diocesanos.El conde de Chambord lo quería como a un padre y mantuvo asimismo amistad con el duque de Madrid, que le llamó para bautizar a sus hijas.