La distinción de ser el primer avión presurizado del mundo recae en el muy modificado Engineering Division USD-9A, que voló en los Estados Unidos en 1921.
El Cuerpo firmó un contrato con la Lockheed Aircraft Corporation para producir el avión con un coste total de 112 197 dólares.
El compartimento delantero alojaba a dos pilotos, un ingeniero de vuelo, y hasta dos pasajeros.
El compartimento trasero proporcionaba acomodación para un pasajero y podía ser usado solo a baja altitud ya que no disponía de presurización.
Los motores presentaban un turbosobrealimentador para permitirles operar en el tenue aire a gran altitud.