Literatura experimental

El primer texto al que se suele hacer referencia es La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1759), de Laurence Sterne.Sin embargo, esta obra ya contaba con detractores en su época, como lo fue Samuel Johnson, que según recoge su biógrafo Boswell declaró: "Nada extravagante puede perdurar.Tristan Tzara, precursor del Dadaísmo, empleaba recortes de periódico y una tipografía innovadora en sus manifiestos.Burroughs también fue pionero en una técnica conocida como “cut-up”, que consistía en recortar periódicos o escritos mecanografiados y luego reorganizarlos para construir nuevas frases en el texto.A finales de los 60, los movimientos experimentales adquirieron tanta importancia que incluso autores considerados más convencionales como Bernard Malamud y Normal Mailer mostraron inclinaciones hacia esta tendencia.Las obras más famosas del primero son Si una noche de invierno un viajero, compuesta por unos capítulos en los que se presenta al lector preparándose para leer dicha obra y otros que forman la propia narración, y Las ciudades invisibles, donde Marco Polo cuenta las historias de sus viajes a Kublai Khan, aunque en realidad éstas sólo sean meros relatos sobre la ciudad en la que conversan los personajes.de la puertorriqueña Giannina Braschi y la novela revolucionaria Paradiso del cubano Lezama Lima.Otros autores como Nicholson Baker han destacado por su minimalismo en novelas como El entresuelo, que dedica 140 páginas a un hombre subiendo en una escalera mecánica.[2]​ En Z213: Exit el autor griego mezcla en una especie de palimpsesto moderno los diarios de dos narradores en un texto extremadamente fragmentado, intercalando pasajes del Éxodo para relatar un viaje en el que el yo interior y el mundo exterior se funden gradualmente.