Literatura escrita en euskera durante el siglo XVI

La literatura escrita en euskera se inicia en el siglo XVI d. C., con tres autores considerados clásicos: Juan Pérez de Lazarraga, Bernat Dechepare y Joanes Leizarraga.

Mientras esto ocurría en el País Vasco Francés, en Hegoalde (País Vasco Español), el sistema feudal sufrió un duro golpe con la aparición de una nueva figura jurídica, la hidalguía universal para Vizcaya, Guipúzcoa y algunos valles navarros y alaveses,[2]​ aunque los enfrentamientos entre los Ahaide Nagusiak (familias de la alta nobleza) siguieron dominando parte de la vida política.

En 1534 publicó Vie horrifique du grand Gargantúa, père de Pantagruel, donde ya incluía una frase en euskera:[3]​ La segunda edición (1542) de Horribles et épouvantables prouesses du très renommé Pantagruel, roi des Dipsodes representa la aparición del primer texto completo e impreso en euskera (en el capítulo IX).

Poco se sabe sobre su vida, al igual que ocurre con la mayoría de autores en euskera hasta el siglo XX d. C..

Al confeccionar su obra, Dechepare emplea, según algunos autores, técnicas propias del versolarismo (4/4//4/3),[5]​ presumiblemente por desconocer la métrica utilizada en la poesía culta.

), o que no se publicaran, tal y como ocurrió con el manuscrito de Lazarraga.

[9]​ El manuscrito está compuesto por 102 páginas en total, de las cuales dos tercios son poesía y lo restante se enmarca en un género en expansión que tuvo muchos seguidores en la época, la novela pastoril renacentista.

Los críticos destacan sus méritos como traductor, pues, sin tener un modelo para escribir prosa en euskera, tuvo que hacer un trabajo inmenso de traducción.

Por influencia del latín, utilizó una sintaxis similar a la de las lenguas románicas, con abundantes oraciones subordinadas, si bien alterna con maestría las proposiciones breves y las largas.

Se considera que decidió unir los tres dialectos para poder llegar a un público más amplio.

[13]​ O, tal vez, que él mismo hablaba esa mezcla de distintos dialectos.

[15]​ Debido al uso culto del lenguaje que exigía una traducción de esta índole y a la fidelidad meticulosa que se exigió a sí mismo, Leizarraga utilizó numerosos cultismos en detrimento de palabras patrimoniales del euskera.

Aunque es innovador en el uso de léxico culto, su euskera es algo arcaico en cuanto a la morfología y fonética.

Manuscrito de Juan Pérez de Lazarraga descubierto en el año 2004 por Borja Aginagalde.
Juana de Albret
Distribución dialectal según la tesis doctoral de Koldo Zuazo [ 11 ]