Esta moneda poseía paridad cambiaria con la libra esterlina, la cual proveía de monedas a falta de acuñación propia, al igual que otras monedas coloniales genéricas que también circulaban, y se subdividía en 20 chelines y en 240 peniques, es decir, que cada chelín equivalía a 12 peniques.
Los primeros colonizadores en 1648 eran puritanos provenientes de las islas Bermudas, trayendo consigo las piezas coloniales isleñas locales llamadas «monedas del cerdo» (hogge money, en inglés) de la libra bermudeña y las escasas libras esterlinas.
Años después fue reocupada por los británicos en 1695 y fue reconstruido el poblado pero con el nuevo nombre de Nasáu.
[5] El dólar del ancla de las Indias Occidentales también se usó en toda la América británica desde 1822 y se utilizó en las Bahamas hasta 1825, para volver a usar las escasas monedas de la libra esterlina,[6] por lo que se aprobó una Orden imperial a los efectos de poner en curso legal dinero británico en todas las colonias británicas.
Al principio hubo ciertas dificultades para hacer efectiva la medida, pero en 1831 la misma comenzó a aplicarse más eficientemente con la acuñación de monedas del nuevo chelín colonial.