Es un alimento untable popular en el norte de Europa, muy parecido al braunschweiger alemán.
Todo esto se decora con aros de cebolla crudos y berros.
El leverpostej también se sirve templado sobre pan de centeno, o a veces en baguetes calientes llamadas Franskbrød.
En esa época se consideraba un artículo de lujo y era caro.
Su marca Grovhakket (literalmente ‘farsa gruesa’) ha sido la más vendida en Dinamarca las últimas décadas.