De todas maneras se considera bastante verosímil que el cañari y el puruhá estén emparentados debido a una serie características comunes que no se presentan en las lenguas vecinas.
Jijón y Caamaño, considera que las lenguas cañar-puruhá junto con el mochica formarían una hipotética familia chimú, aunque Adelaar (2004) considera muy escasa la evidencia en favor de esta hipótesis y por tanto deja abierta la clasificación.
Otros autores han complicado la clasificación proponiendo además una relación aún más dudosa entre la familia chimú y las lenguas uru-chipaya.
Prácticamente no existe evidencia sólida en favor de esta última hipótesis.
Además ambas lenguas parecen haber dado lugar a topónimos cabados en -bug y -shi lo cual sugiere nuevamente que estaban emparentadas y tenían algunos morfemas en común.