Len Deighton

[2]​ Su padre era chófer y mecánico de Campbell Dodgson, curador del Museo Británico, mientras que su madre trabajaba como cocinera.

[6]​ Deighton, que en aquel momento contaba once años, presenció la detención: «Una noche me despertó el ruido de coches y voces.

[2]​[4]​[8]​ Una vez desmovilizado, estudió en la Saint Martin's School of Art y después, en 1952, consiguió una beca que le permitió acudir al Royal College of Art,[8]​ donde se graduó tres años más tarde.

[2]​ Trabajó como cocinero, camarero, pastelero[9]​ y auxiliar de vuelo de la British Overseas Airways Corporation, lo que le permitió visitar lugares tan cosmopolitas como Hong Kong, Beirut, El Cairo y Tokio.

[4]​ No la concluyó hasta el año siguiente, cuando volvió a encontrar tiempo de vacaciones; aun así, una vez finalizada, la guardó en un cajón y siguió con sus ilustraciones.

[10]​ Así, a su ópera prima le siguieron otras tres novelas protagonizadas por el mismo agente británico sin nombre de The IPCRESS File: Horse Under Water, Funeral en Berlín y Billion Dollar Brain se publicaron en esa misma década de los sesenta.

[4]​[12]​ Publicó también en esa década varios libros de cocina, como el Len Deighton's Action Cookbook (1965) y otros relacionados con la gastronomía francesa,[9]​ y una guía del panorama urbanístico de la capital británica por aquella época, titulada Len Deighton's London Dossier (1965).

[3]​ Asimismo, invirtió cien mil dólares para sufragar los gastos de la campaña, que incluía el viaje de Deighton a cinco ciudades a lo largo y ancho del globo para promocionar estos libros.

[3]​ En 2012 publicó, en versión electrónica, James Bond: My Long and Eventful Search for His Father, con sus memorias relativas al también autor de novelas de espías Ian Fleming y su creación más famosa, James Bond.

[13]​ Cuando se sumergió en la escritura de su primera novela, The IPCRESS File, Deighton no contaba con ninguna formación literaria, pero desarrolló con rapidez una rutina profesional.

[18]​ Trabajaba siempre con cinco años de antelación, lo que le llevaba a estar planeando varios libros en un mismo momento.

[14]​ De hecho, el propio Deighton aseguró que escribía «tan bien como puedo para una audiencia lo más inteligente posible».

[14]​ Esto, no obstante, provocó que hubiera quienes, como señala Burton en su Historical Dictionay of British Spy Fiction, acusaran cierta complejidad en las diferentes tramas intrincadas.

[11]​ Los diálogos jugaban un papel fundamental en sus novelas y admitió que, en ese aspecto, le debía mucho a Raymond Chandler.

Creo que era capaz de producir un efecto magnífico al combinar la seriedad y lo gracioso».

[21]​ «Me gusta poder escuchar las conversaciones sin que la gente se gire para mirarme», aseguró en una entrevista.

[12]​ Alan Burton, en su Historical Dictionary of British Spy Fiction, asegura que sus novelas «fomentaban una perspectiva más igualitaria y meritócratica [que contrasta] con las historias coetáneas de James Bond, con un héroe lacónico, antiautoritario, norteño y de clase baja».

[24]​ El autor del artículo señala que este personaje opta por una visión thoreauiana: «persigue la realidad interior en un mundo irreal en lo exterior».

[12]​ En una reseña publicada en la revista cultural New Statesman, se decía: «No ha habido una llegada tan brillante al escenario sombrío desde que Graham Greene comenzase a entretener».

[12]​ La prosa, la caracterización y los argumentos de las historias que tenían al «detective anónimo» como protagonista tuvieron un eco positivo.

[29]​ Deighton se casó con una neerlandesa llamada Ysabele, que hablaba de manera fluida ocho idiomas.