Lectura feminista de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz

La académica Dorothy Schons que recupera a mediados de los años 20 y 30 del siglo XX en EE. UU.[5]​ Según Alatorre, Sor Juana decidió neutralizar simbólicamente su sexualidad a través del hábito de monja.El mismo Alatorre lo reconoce: «Sor Juana, la pionera indiscutible —por lo menos en el mundo hispanohablante— del movimiento moderno de liberación femenina».[8]​ El Primero sueño, la obra lírica más famosa de Sor Juana, incluye sendas alusiones a fluidos corporales femeninos, como la menstruación o la lactancia.En la tradición literaria medieval se creía que el flujo menstrual alimentaba al feto y luego se convertía en leche materna; esta coyuntura es aprovechada por la poetisa para recalcar el importantísimo papel de la mujer en el ciclo de la vida, creando una simbiosis que permita identificar el proceso con un don divino.Desafía el conocimiento, se sumerge por completo en cuestiones epistemológicas ajenas a la mujer de esa época y muchas veces escribe en términos científicos, no religiosos.En la Francia del siglo XVII, los salones fueron el espacio público en el que las mujeres protagonizaron el movimiento literario y social conocido como preciosismo.Las preciosas revitalizaron la lengua francesa e impusieron nuevos estilos amorosos; establecieron, pues, sus normativas en un terreno en el que las mujeres rara vez habían decidido.Hasta el Concilio de Lima y la Cédula Real en 1588, no se permitió dar el velo a nativas ni mestizas, salvo contadas excepciones.Ugalde González afirma que la postura de Sor Juana Inés respecto a los indios es "sorprendente".
Segundo tomo de las obras de sor Juana Inés de la Cruz, monja profesa en el monasterio del señor San Jerónimo de la Ciudad de México, dedicado por la autora a D. Juan de Orúe y Orbieto, caballero de la Orden de Santiago . Sevilla, Tomás López de Haro , 1692.