Tenar lo encierra en el laberinto debajo de este sitio, pero se rebela contra las enseñanzas que recibió y lo mantiene con vida.[19][20] Su conocimiento sobre mitos y leyendas, al igual que su interés por la antropología, le permitieron crear «culturas enteras» para las islas de Terramar, según la académica Donna White.[6] Este universo no permaneció idéntico en las obras de la autora, sino que fue sufriendo modificaciones y ajustes.[5][27][28] Los académicos han descrito a este pueblo como una analogía con los Estados Unidos: entre las similitudes, se cuentan una religión organizada y un sistema de clases.[18] Allí, en una ceremonia, le quitan su nombre y a partir de ese momento, la llaman Arha, que significa «la devorada»,[5] y la consagran al servicio de los Sin Nombre a los seis años, con un sacrificio simbólico.[34] Una vez que Thar fallece a causa de su edad, Arha se siente más sola; aunque dura, ella había sido justa con la niña.Kossil desprecia a Arha y considera que los Sin Nombre son una amenaza para su poder.[18] La otra mitad del amuleto había llegado a sus manos por pura casualidad, y un dragón le reveló lo que era.Cuando toma consciencia de que Kossil ahora querrá asesinarla, se dirige al laberinto y la ve cavando en la falsa tumba.Las tumbas se desmoronan y el hechicero las sostiene hasta que logran escapar.Mientras esperan la marea, ella siente deseos de matar a Ged por arruinar su vida, pero se da cuenta al mirarlo que ya no tiene ira en su interior.[49] Tenar es equivalente a Ged en Las tumbas de Atuan: los dos suman sus fuerzas para crear una combinación poderosa.En la tercera etapa, «la mujer despierta pero debilitada», Tenar puede emprender su viaje a Terramar y seguir autoconociéndose.[51] Ged, que en la historia usa su nombre común Gavilán, aparece en la novela hacia la mitad, cuando llega a las tumbas para robar una parte del anillo de Erreth-Akbé.[37] La académica Elizabeth Cummins menciona que si bien Ged no salva a Tenar en realidad, «funciona como una comadrona en su renacimiento».[56] Ged es la figura del otro en esta novela; en contraste quienes habitan las tumbas, es un varón, de piel negra, y mago.La diferencia de Ged está simbolizada por la luz en varias ocasiones, como cuando su vara le permite ver las tumbas por primera vez: Tenar queda impresionada más por su belleza que por la oscuridad.[51] Aunque nominalmente posee una posición de gran autoridad, Tenar se siente atrapada por sus deberes como sacerdotisa y desea huir a un lugar donde pueda tomar sus propias decisiones.[57] Un momento importante en este proceso es cuando Ged la llama por su verdadero nombre y le dice que tiene que decidir entre permanecer en las tumbas como Arha o ser Tenar y salir al vasto mundo de Terramar.En un momento, desea matar a Ged y lo culpa por su dolor, pero luego aprende a aceptar la culpa por sus acciones y se da cuenta de que aunque no tuvo elección en sus actos como sacerdotisa, ahora sí puede decidir apartarse de ellos; aunque «la libertad es una carga pesada».[71] A diferencia del resto de Terramar, que utiliza la lengua antigua para su magia y sus rituales, en las tierras kargas usan su propio idioma, y los rituales son palabras vacías; por ende, en el momento en el que se describen los cantos de las sacerdotisas, Le Guin siguiere que la fe karga está llena de palabras y rituales sin significado.En sus propias palabras: «Era como si hubiera levantado los ojos y visto de pronto un planeta enteramente nuevo que flotaba enorme y populoso al otro lado de la ventana, un mundo absolutamente desconocido, donde no importaban los dioses».Se ha descrito el laberinto como una tumba para las vidas que pudieron haber llevado las mujeres kargas.[77] En las novelas de aprendizaje femeninas, por lo general, las protagonistas pasan a tener un rol diferente del de los varones: generalmente se entregan con sumisión al matrimonio o abandonan su propia individualidad; por eso se considera que tienen un desarrollo regresivo.Las alternativas a este camino son el suicidio o la locura, con lo cual, tradicionalmente estas obras no tienen un desenlace positivo.En este sentido, el recorrido de Tenar es diferente, ya que su final abre posibilidades en su vida.[81] En la primera parte se describe la vida que Tenar lleva en el mundo estable de las Tumbas.[89] Llevó varias décadas, junto con la publicación de la cuarta novela, Tehanu, para que la saga fuera considerada también para adultos.[92] En 2006, una miniserie original titulada Legends of Earthsea, basada muy vagamente en los dos primeros libros de Terramar, se transmitió por el canal Syfy; Le Guin expresó un fuerte rechazo por el resultado y dijo que habían «blanqueado Terramar».[95] Cuando salió a la venta, la crítica británica Naomi Lewis lo llamó «un libro extraordinario»,[1] y el académico Andrew Wolk consideró que la serie era «una obra maestra de la fantasía».