Al encontrarse sola en su casa medita constantemente acerca de su propia identidad.
Juntas se trasladan hacia la casa de Ogión, el Silencioso, quien se encuentra enfermo y muere al día siguiente, diciéndole a Tenar que todo ha cambiado.
Mientas el Rey Lebannen y los magos buscan un nuevo Archimago por una visión acerca de una mujer gontesca.
A causa de su valiosa perdida Gavilán manifiesta esquivez e incertidumbre y vaga por la montaña sumido en meditaciones.
La magia tiene un papel mucho más pequeño en este libro que en los anteriores.