Según Harold Wethey, se conocen diecisiete obras de este motivo, realizadas por el maestro o por su taller.
[2] En aquel momento, san Pedro era visto por el protestantismo como un traidor, pero la iglesia católica lo alababa, ya que —después de su arrepentimiento y posterior actividad evangelizadora— se convirtió en el primer Papa.
[7] San Pedro aparece —de medio cuerpo— como un hombre mayor, con barba blanca, vistiendo una túnica azul y un manto amarillo.
[10] Es posible que la representación del ángel como un joven vestido con una capa semejante a un relámpago despidiendo una luz fosforescente,[11] provenga de algún evangelio apócrifo.
Además, el restaurador no entendió bien la firma, y se confundió al enlazar las letras de la palabra θεοτοκóπουλος.