Se suele pedir un donativo a los visitantes en honor a la virgen, se ofrecen además productos madrileños (Torraos, rosquillas y vino).
En el siglo VII el clérigo Vigilia escribe una proclama para que se castigue a todos aquellos que en carnavales se disfrazan de mayas con un año de penitencia.
La fiesta de la Maya se continuó celebrando en Colmenar Viejo (una de las más afamadas y que posee su origen en los años ochenta que se celebra el dos de mayo), Navalcarnero, Pinto, Villa del Prado y Ciempozuelos, tras la guerra civil.
A comienzos del siglo XXI se celebra todavía, pudiéndose ver cerámicas conmemorativas de años posteriores.
Durante ese día es fácil que pasen todos los vecinos del barrio delante de las mayaas.