[2] A finales del siglo XVII las gentes de Lavapiés dependían de la lejana parroquia de San Sebastián, situación que indujo a Baltasar Moscoso y Sandoval, arzobispo de Toledo a crear la parroquia de San Lorenzo, diseñada por Francisco Bautista, en el lugar donde existía una antigua sinagoga.La iglesia se destruyó en un incendio en 1851 que dejó un solar abandonado hasta que en 1950 se inauguró la nueva iglesia sin apenas relación arquitectónica con la primitiva.Era costumbre a finales del siglo que las verbenas duraran en Madrid tres días: la víspera, el día del Santo y el día después.[3] Llegando a celebrarse en alguna ocasión durante una semana.Las celebraciones religiosas van perdiendo a finales del siglo protagonismo y recae la fiesta finalmente en las celebraciones de la verbena que se instala a lo largo del eje de la calle de Argumosa.