Socarrat
[1] Se conocen otras palabras que nombran piezas con funciones semejantes a los «socarrats» como rajola, maó prim, atovó o cairó.Estos socarrats de menor tamaño también se utilizaron componiendo frisos en terrazas, escaleras u otros lugares.Por su parte, el formato más grande se destinaba al entrevigado de techos interiores.Se ha comprobado que los socarrats eran reutilizados a menudo, integrando muros o para nivelar pavimentos.Lo cierto e indiscutible es que la capa blanca que cubre los socarrats se compone de cal, los pigmentos rojos a partir de la almagra y los negros, con manganeso y negro carbón.En los socarrats se dan tres tipos básicos de representación simbólica: religiosa, mágica y social.[5] La segunda, la vertiente mágica, queda presentada por las llamadas ‘manos de Fátima’,[6] barcos, torres y animales o figuras quiméricas como el "butoni", monstruo habitual en el bestiario valenciano.