[4] Además de Luis Gonzalvo París, otros profesores como Felipe Mateu i Llopis y Olimpia Arozena Torres se reunían allí cada miércoles con sus estudiantes.
[5] Durante los años de la postguerra, el Laboratorio de Arqueología logró continuar su labor gracias al interés del nuevo catedrático de Arqueología, Manuel Ballesteros, en colaboración con Olimpia Arozena.
La actividad del Laboratorio de Arqueología tampoco fue ajena a los hitos sociopolíticos acaecidos durante la Transición, que permitieron la democratización de la educación, el traspaso de competencias educativas a las comunidades autónomas (Álvarez 2006) y la aprobación de la Ley Orgánica de Reforma Universitaria (LRU) de 1983.
En 2001, el Laboratorio se trasladó al Edificio Anexo Departamental de la Facultad de Geografía e Historia del campus de Blasco Ibáñez (Valencia).
El propio Luis Gonzalvo plasma su concepción de la materia en las funciones del Laboratorio: docentes, documentales, museológicas, profesionales e investigadoras, que se organizó inicialmente en cuatro secciones: Numismática, Prehistoria, Arqueología y Bellas Artes, y Etnología y Etnografía.