La procesión del Rocío

Toda Triana está de fiesta: las soleás suceden a las seguidillas y un borracho entona un garrotín.

Turina utiliza las danzas españolas soleá y seguidilla para reforzar la idea de un festival.

Algunas fuentes apuntan que el tema del borracho pueda haber tenido inspiración en una danza flamenca conocida como garrotín; sin embargo Turina no hace mención a este hecho en la descripción.

Al igual que en la música flamenca, se utilizan modos pirgios durante el primer movimiento y a lo largo de toda la pieza.

La sección de viento madera debe interpretar rápidos staccatos y largas escalas melódicas.

El segundo movimiento se ejecuta inmediatamente después del primero sin interrupción o attacca.

En este movimiento el tempo se ralentiza un poco, con la indicación Allegretto mosso y el compás utilizado difiere en que es 2/4 (métrica binaria).

La procesión termina con tañidos de campanas y se escucha la Marcha Real brevemente en la trompeta.

Para concluir, el compositor crea la ilusión de que la procesión se aleja reduciendo la plantilla instrumental.

[3]​ Este movimiento requiere flautistas dotados dado que el tema procesional es muy rítmico y debe ser interpretado como una canción popular.