La imposición de la casulla a san Ildefonso es un cuadro realizado por Diego Velázquez hacia 1623.
Sucedió a san Eugenio II como obispo de Toledo.
La tradición dice que, en agradecimiento, la Virgen descendió del cielo para imponerle una preciosísima casulla.
[5] A finales del siglo XVIII el conde de Águila ya señaló que la obra se encontraba muy deteriorada.
[5] Así, las manos del santo, que aparecían unidas en actitud orante, son ahora casi imperceptibles por el desgaste causado por daños y restauraciones fallidas.