Sin embargo, se demostró durante la construcción que esto era insuficiente contra las armas modernas.Dicho cuarto tenía aberturas para ametralladoras en el frente y a los costados, así como una entrada independiente.Toda la estructura estaba protegida contra los gases venenosos y poseía calefacción.Había literas para todos los soldados y el oficial a cargo poseía también una silla.La Luftverteidigungszone West iba paralela al este a las dos líneas de los programas anteriores.La Línea Sigfrido fue extendida al norte desde el distrito de Viersen hasta Cléveris en el Rin.La construcción de los búnkeres se realizó al comenzar la Segunda Guerra Mundial.Poco a poco los búnkeres fueron siendo tomados, pero los soldados alemanes no se rendían, ya que temían una orden del Alto Mando alemán que prohibía la rendición bajo pena de muerte.Al iniciarse la guerra, los Aliados permanecieron detrás de sus líneas defensivas al mismo tiempo que vigilaban la línea defensiva enemiga, permitiendo a los alemanes ocupar completamente Polonia, y Dinamarca y Noruega.Por su parte, el general alemán Erwin Rommel jamás confió en el Muro del Oeste como una posibilidad seria de repeler a los Aliados.Actualmente en las zonas de Westfalia y Eifel se pueden apreciar grandes secciones casi intactas, incluyendo 30 búnkeres.En los últimos años se ha promovido la visita a las ruinas de la Línea Sigfrido, principalmente para desmitificar la invencibilidad defensiva que claman grupos neonazis.
Búnker de la Línea Sigfrido.
Ruinas de un búnker cerca de Aquisgrán.
Vista trasera de un búnker tipo 10 del Programa de limes.
Búnker tipo 39 del Programa de Aquisgrán-Sarre con una barrera antitanque de cinco dientes.
Soldados estadounidenses cruzan la Línea Sigfrido.
«Von Grau zu Grün»
(de gris a verde). Cartel sobre un pequeño itinerario turístico junto a la línea Sigfrido (
Westwall
). La presencia de los restos de esta infraestructura defensiva es habitual en varios puntos del
camino de Matías
.