Batalla de la Línea Sigfrido

Cabe destacar que a excepción de las batallas en Aquisgrán y Hürtgen, solo se libraron grandes escaramuzas.

Si bien se llevaron a cabo ataques, estos fueron solamente de distracción.

La Wehrmacht tuvo éxito deteniendo el avance americano, pero con un alto coste para la infantería.

Mientras todo esto sucedía, el XIX Cuerpo del general Corlett, "Cowboy Pete", había aventajado a las débiles defensas alemanas en el sur de los Países Bajos para avanzar hacia la Muralla del Oeste.

Por ello, se hizo un esfuerzo por romper la línea “Scharnhorst” de forma metódica.

Como preparación, el XIX Cuerpo intentó eliminar todos los búnkeres que le fuera posible.

Afortunadamente, como previsión para combatir en la “Línea Sigfrido”, el Ejército estadounidense, en el teatro europeo, había solicitado el envío de unos setenta y cinco cañones autopropulsados M-12 de 155 mm a Francia.

Estos cañones montados en chasis de carros M-4 eran realmente eficaces contra los búnkeres.

Se distribuyeron dos armas especializadas: lanzallamas portátiles y cargas de demolición montadas en pértigas para atacar por las troneras.

El ataque del XIX Cuerpo fue precedido por un importante ataque aéreo con bombarderos medios de la Novena Fuerza Aérea, pero tuvo un efecto reducido sobre las fortificaciones alemanas que la artillería llevaba machacando desde la semana anterior.

Los lanzallamas contenían los fortines mientras se colocaban las cargas de las pértigas contra las troneras o las puertas.