La línea Óder-Neisse (en polaco: Granica na Odrze i Nysie Łużyckiej; en alemán: Oder-Neiße-Grenze) marca en la actualidad la frontera entre Polonia y Alemania.
Mediante este mismo tratado, a cambio, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y la Unión Soviética renunciaron permanentemente a todos los derechos que retenían sobre la ciudad de Berlín en favor de Alemania.
Si bien los soviéticos inicialmente accedieron, finalmente cambiaron de opinión y solicitaron el puerto prusiano para establecer una base naval allí.
Polonia sería recompensada con Stettin, y con la Baja Silesia, a cambio de ceder Leópolis también.
Un estudio realizado entre antiguos habitantes del corredor polaco después de la guerra, reveló que el 80 % aprobaba la nueva frontera en el Óder.
La historia demostraría que ambas ideas eran equivocadas, Alemania acabó aceptando formalmente la frontera, y además Polonia actualmente es miembro de la OTAN, el bloque antagónico a Rusia.
Los nuevos territorios recibidos de Alemania habían estado gobernados por la dinastía Piast polaca hace 700 años.
También se reconocieron derechos políticos y culturales básicos para las minorías polacas o germanas entre los países firmantes.