Según la doctrina, con excepción de la URSS, Alemania no debería establecer ni mantener relaciones diplomáticas con ningún otro Estado que reconociera la soberanía de la República Democrática Alemana (RDA), a la que seguía meramente considerando como zona de ocupación soviética (SBZ por sus siglas en alemán).
[1] El primer país al que se aplicó esta doctrina fue a la República Federal Popular de Yugoslavia en 1957, país con el que la Alemania occidental rompió relaciones diplomáticas.
La "Doctrina Hallstein" no fue muy popular, ni tampoco bien aceptada por los aliados de la RFA en la OTAN.
Ya durante el gobierno de Kurt Georg Kiesinger (1966-1969) se empezó a dejar de aplicar esta doctrina, al recuperar las relaciones diplomáticas con Yugoslavia y Rumanía.
[3] Fue finalmente abandonada con la adopción de la Ostpolitik por el canciller Willy Brandt, que llevó a que ambas Alemanias entablaran relaciones diplomáticas,[4] aunque sin que la República Federal reconociera a la RDA de iure como sujeto de derecho internacional.