Juana de los Ángeles

Como la vida en la abadía le resultaba demasiado dura, Jeanne regresó a casa tras la muerte de su tía.

Juana estaba sexualmente obsesionada con él, escribiendo en su autobiografía: "Cuando no le veía, ardía de amor por él, y cuando se presentaba ante mí… carecía de la fe para combatir los pensamientos impuros y movimientos que sentía".

Los exorcismos se llevaron a cabo en el convento y en la ciudad, continuando por varios años con Juana teniendo un papel importante en ellos.

Grandier fue arrestado e interrogado antes de ser llevado a juicio por una corte eclesiástica, la cual le sobreseyó.

Ordenó que un nuevo juicio por brujería fuera llevado a cabo por su enviado especial.