Juan de Olazábal Ramery

Su abuelo paterno, Juan José Olazábal Gaytán de Ayala, era señor del palacio de Olazábal-Artalecu, entre otras propiedades, comisionado por las autoridades locales para felicitar por sus enlaces a Fernando VII y a Carlos María Isidro.[9]​ Juan Olazábal nació en la casa solariega de Olazábal-Artalecu, pero la familia Olazábal tuvo que emigrar a Hendaya (Francia) tras la tercera guerra carlista debido a su adhesión al bando carlista, donde se mantuvo los años posteriores.[8]​ En 1897, siendo concejal del ayuntamiento de San Sebastián, fundó el periódico La Constancia.[8]​ Al unirse todas las ramas del tradicionalismo español a principios de la década de 1930, entregó gratuitamente a la Editorial Tradicionalista la propiedad del periódico El Siglo Futuro (que le había legado Ramón Nocedal).[13]​ Con la Segunda República Española su figura recobró fuerza y desde las columnas de La Constancia luchó por sus ideales católicos y fueristas, propugnando desde 1931 la unión de las derechas frente a todas las fuerzas anticatólicas.Fue famosa su frase, dentro de esa campaña, en que prometía cinco mil pesetas a quien encontrase la palabra Dios en dicho estatuto.[8]​ Fue procesado en varias ocasiones por sus artículos, llegando a ser detenido por uno de ellos, titulado Los nuevos Dioclecianos.Fue luego trasladado en barco a Bilbao, donde fue recluido en la cárcel de los Ángeles Custodios.[16]​ Condensaba sus ideas en las consignas de «Un Dios: Jaungoikua — Una patria: la vasca — Un código: nuestros Fueros — Una Nación: la Española».Se oponía a la unión de las tres provincias hermanas por ser algo que jamás se había dado en la historia y propugnaba que cada provincia viviera con sus leyes y autarquía, constituyendo parte integrante de la gran familia española.Ponía como ejemplo de ello Álava, donde se había perdido el vascuence pero el alma vasca estaba presente en las costumbres y en la vida del pueblo, afirmando: Allí sin vascuence, respiran de vascongadismo por todas partes.
Juan de Olazábal retratado en El Siglo Futuro (1935)