Su perfil es más juvenil e informal que el de la playa de La Concha, aunque su uso es igualmente masivo.
Antes de la reforma profunda acometida en la Playa de La Zurriola era frecuentada para la práctica del surf, que hoy se ha trasladado por completo a esta última.
La playa cuenta con vestuarios, duchas y baños públicos, y dispone de una cafetería.
Junto al paseo hay unos jardines en los que se encuentra una escultura de comienzos del siglo XX de la reina María Cristina.
Los edificios cuyas fachadas dan al paseo tienen poca altura: se trata de villas independientes de pocos pisos.