Aunque nacido en Jódar desde los dos meses vivió en el municipio de Quesada, ambos pueblos en la provincia de Jaén, donde su padre ejercía como juez.
En 1927 fue nombrado catedrático de Prehistoria e Historia de España Antigua y Medieval en la Universidad de Sevilla, puesto que desempeñó hasta su jubilación en 1969 y desde donde realizó una importante labor docente e investigadora.
Realizó importantes apuntes históricos del hallazgo en 1958 del Tesoro de El Carambolo, apuntando a que se trataba de un yacimiento de la civilización tartésica y anotando que podría tratarse de un tesoro del mismo Argantonio.
En los años 50 realizó un importante descubrimiento arqueológico en el Mercadillo del Jueves de Sevilla, encontrando en él el llamado Bronce Carriazo, datado entre 625-575 a. C. Además, en su busca de la capital de Tartessos, realizó numerosas excavaciones en el Valle del Guadalquivir, sin llegar a encontrar nunca la ciudad a pesar de su preparación y ahínco.
Entre sus numerosas publicaciones se pueden citar: