Se casó con Elena Opisso Roig, natural de Tarragona, teniendo 4 hijos: María Mercedes Adelayda, Pedro Felipe, Carlos y Eleazar.
Estudió en el Convictorio de San Carlos, que entonces estaba regido por Bartolomé Herrera.
De vuelta en el Perú en 1851, asumió la administración de los bienes familiares, entre ellos un molino, industria en la que prosperó, hasta formar la importante empresa Molinos Santa Clara, Presa y El Medio Nuevamente incursionó en la política, esta vez para combatir los manejos financieros del gobierno de Echenique, y sumarse a la revolución liberal encabezada por Castilla (1854).
Asimismo, tomó precauciones para asegurar el normal abastecimiento de harina, amenazado por el bloqueo marítimo del enemigo.
Finalizada la guerra, se afilió al Partido Constitucional cuya presidencia ejerció en 1889.