Más tarde participó en las tomas de Saint-Denis y Saint-Cloud.
El encuentro entre los dos ejércitos tuvo lugar en la batalla de Agincourt.
Dada la incapacidad del rey Carlos para comandar las fuerzas francesas y la negativa del delfín Luis a hacerse cargo del puesto, Alençon fue nombrado por los consejeros del rey (junto a Juan Sin Miedo y a Carlos de Orleans) para formar parte de un triunvirato de duques que debía ocuparse de supervisar a los estrategas civiles.
Juan de Alençon demostró en Agincourt la misma temeridad que su antepasado en Crecy, y murió pasado a cuchillo por un arquero al intentar rendirse ante el propio Enrique V después de haber combatido bravamente contra él.
Como era costumbre en esa época, ambos hijos fueron reconocidos poco después de nacer.