Juan Federico y su esposa tuvieron los siguientes hijos: Juan Federico era un gobernante bien intencionado y amante de la paz, pero a menudo mostró un número de debilidades personales y a menudo estuvo mal equipado para afrontar los desafíos de su era.
También restauró el poder de los consejos del duque Luis (que habían sido abolidos por Federico I).
Más importante es que condenó al canciller de Federico, Matthäus Enzlin, a una fortaleza de por vida por malversación y extorsión, sometiéndole más tarde a juicio por alta traición por el que fue ejecutado en la plaza del mercado en Urach en 1613.
No obstante, realizó pocos avances en los asuntos dentro de la casa ducal.
Ya que estos últimos hermanos eran solteros, cuando murieron sus posesiones subsiguientemente fueron devueltas a la línea principal del ducado.