Juan Brenz

Se desconoce si el Concejo de Schwäbisch Hall pretendía reformar la iglesia local con esta medida.

Criticó con dureza el castigo de los campesinos rebeldes que realizó el consejo de Schwäbisch Hall:[1]​ Cuando los gobiernos y señores no comprendan las quejas anteriores, sino que impongan más castigo y plaga, al final lo pagarán en carne propia.

En Navidad de 1525 celebró por primera vez el servicio religioso en ambas formas, y la misa fue suprimida en San Miguel y Santa Catalina en 1527, en tanto que en otras iglesias no se eliminó hasta 1534.

Prédica, bautizo y eucaristía obtuvieron una nueva forma, al igual que el transcurso de servicio religioso o el derecho matrimonial, que salió del terreno del derecho canónico y fue trasladado al terreno civil.

Escolares con talento debían aprender, independientemente de su origen, latín y así conseguir la base para continuar con sus estudios.

Brenz era solicitado para dar su consejo en muchos otros temas, a los que trataba desde el punto de vista teológico.

A pesar de que en su razonamiento Brenz no trata la tolerancia, sino que se basa en razones religiosas para oponerse a las ejecuciones, su rechazo frontal tuvo un papel importante en la historia del concepto de la tolerancia.

Esta línea también la siguió en Wurtemberg, donde tuvo que enfrentarse al anabaptista Kaspar von Schwenckfeld y sus seguidores.

El príncipe elector Jorge de Brandeburgo-Ansbach lo llamó una y otra vez como consejero.

La rotura personal con la Iglesia católica la marcó Brenz con su casamiento con Margarethe Gräter, viuda del consejero municipal Hans Wetzel y hermana del cura de Santa Catalina, con la que tuvo cinco hijas y un hijo.

Entre sus descendientes se cuentan personalidades como Dietrich Bonhoeffer, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Ludwig Uhland, Hermann Hesse y Richard von Weizsäcker.

Tras su vuelta, hizo una crítica aguda contra el Interim de Augsburgo (Augsburger Interim), con el que Carlos V pretendía resolver la cuestión religiosa en gran parte a favor de la Iglesia católica.

Una parte de este trabajo consistía, por ejemplo, en reformar los conventos en 1559, que convirtió en las famosas escuelas colegiales, así como montar una organización eclesiástica dirigida al duque.

Aunque ha experimentado numerosos cambios, la Iglesia Evangélica de Wurttemberg sigue estando marcada por las doctrinas estrictamente luteranas que le dio Brenz.

Tras la destrucción de la colegiata en la Segunda Guerra Mundial se trasladó el sepulcro.