En 1803 fue designado Caballero paje del rey Carlos IV, permitiéndole acceder a una educación muy esmerada.
Luego se estableció en Buenos Aires, aunque ninguno de sus otros hermanos regresaría.
Sus hijos fueron Antonio, Justa Rufina, Ana María, María Rosa Martina, Manuela Martina Eulogia, Antonio José Pedro y Miguel Gerónimo Olaguer Feliú y Azcuénaga.
Continuó con su profesión de empresario teatral hasta 1852, desplegando inclusive su actividad en Montevideo.
Su biblioteca personal incluía papeles y documentos de la historia teatral, que luego a la muerte de su hijo el doctor Miguel Olaguer Feliú sería donado a la Biblioteca Nacional.