Por esa época la suerte de la guerra parecía favorable a las armas argentinas:
El batallón así formado contó con 244 soldados de tropa y 13 oficiales.
Éste reorganizó el ejército patriota chileno y estableció su cuartel general en Concepción.
O'Higgins envió una división al mando de Juan Mackenna para operar en la zona del río Itata, cerca de Chillán, y atraer a los realistas, mientras el grueso del ejército patriota avanzaba hacia el sur.
Una columna patriota de 400 fusileros, 40 dragones y 2 cañones, regresaba al campamento con un arreo de ganado cuando su retaguardia, un poco distanciada del grueso, fue atacada por 500 o 600 soldados realistas.
Esta acción permitió que la columna regresara al campamento con su arreo, tras lo cual los auxiliares se retiraron en orden.
Los Auxiliares Argentinos mandados por Balcarce y Las Heras lucharon en esta acción, que permitió la unión de las fuerzas patriotas y su repliegue ordenado hacia el norte para proteger Santiago.
Otros 50 auxiliares comandados por Las Heras lograron rechazar 5 cargas sobre un reducto que protegían.
Carrera no derogó el Tratado de Lircay y ordenó a los auxiliares que se unieran al ejército comandado por él para apoyarlo en la guerra civil que comenzaba.
Las Heras decidió mantener prescindente al Batallón de Auxiliares Argentinos:
En este contexto, los realistas recibieron refuerzos desde el Perú y renovaron su ofensiva para acabar con la revolución chilena.
El 13 de agosto Mariano Osorio desembarcó en Talcahuano y marchó con 5.000 hombres sobre Santiago.
Aunque los bandos patriotas enemistados chocaron en Maipo, dejaron de lado sus diferencias para enfrentar el enemigo común, reconociendo O'Higgins a la junta presidida por Carrera.
[10] Sin embargo, después del Desastre de Rancagua la revolución chilena se dio por perdida y numerosos patriotas abandonaban el país para cruzar la cordillera y refugiarse en Mendoza.
Carrera con 400 o 500 hombres cruzó la cordillera desde el pueblo de Santa Rosa.