Demostró ser un duro comerciante, y eso le posibilitó amasar una pequeña fortuna en poco tiempo.
Mantuvo una gran amistad con el vasco-español Francisco Ignacio de Ugarte Arrivillaga (n. Goizueta, ca.
Muchos creen que la aristocrática familia porteña de los Azcuénaga - Santa Coloma - Basavilbaso, comenzó con Vicente, pero la realidad es que la fortuna que el comercio le dio a Vicente de Azcuénaga, le permitió entablar relaciones con los vecinos porteños y así acoplarse al "clan" Basavilbaso, probablemente la familia porteña más influyente de la época.
Los hermanos de María Rosa, también estuvieron casados con importantes vecinos porteños.
Vicente Azcuénaga tuvo siete hijos; tres de los cuales (Miguel, Joseph Bruno y Vicente), se dedicaron a la milicia, mientras que Domingo (el faltante hijo varón), fue abogado.