José María de la Jara y Ureta

Como periodista se caracterizó por su estilo fino y chispeante, destacando sus columnas políticas, publicadas en el diario limeño La Prensa.

Ingresó luego a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y simultáneamente, incursionó en el periodismo, como redactor del diario El País.

Colaboró en los diarios limeños El Tiempo (1900-1902) y La Prensa (desde 1905), cuyo director era Alberto Ulloa Cisneros.

Firmaba con el pseudónimo de “Gil Guerra” e hizo popular su sección titulada “Discreciones”.

Como orador forense ganó prestigio en algunas causas políticas, especialmente al establecerse el nuevo sistema electoral de 1913.

Poco después, fue destituido de su cargo diplomático por haber sugerido al presidente Sánchez Cerro, la adopción de una política serena, al avizorar una feroz pugna entre el gobierno y sus opositores apristas.