[7] Su abuelo, William White, nacido en 1689, Se trasladó con sus hermanos Thomas y Paul de Waterford a España.
Aquí aprendió suficiente inglés como para comunicarse con el resto de los empleados, que eran todos irlandeses.
[30] En 1790 leyó obras del benedictino Benito Jerónimo Feijoo, que se encontraban en la casa de su tía y madrina Ana Gabriela Blanco.
Ese curso conoció a un estudiante de Teología llamado Manuel María del Mármol, que se convirtió en su tutor particular.
[36] Arjona leía muchos libros en francés y le recomendó a Blanco que aprendiese ese idioma.
[38] Durante su estancia en la universidad se relacionó con dos estudiantes de Teología, Félix José Reinoso y Alberto Lista, que presentó a Arjona.
[63] Su hermana Teresa María murió en el convento de las Dueñas en 1802, lo que amargó profundamente a Blanco.
[66] En 1803 fue propuesto como nuevo censor del periódico Correo de Sevilla por sus promotores, amigos íntimos suyos encabezados por Justino Matute.
[70] Fue una primera toma de contacto para ver sus posibilidades, hacer amigos y conocer a escritores.
[81] Blanco estuvo en el Instituto Pestalozziano hasta el cierre del mismo por poco éxito y gran coste, en enero de 1808, pero logró renovar su permiso para permanecer en la corte por un año más gracias a la mediación de Godoy.
[82] En Madrid se encontró con una mujer enferma y depauperada llamada Magdalena Esquaya, a la que dice haber ayudado.
[90] Blanco, al enterarse de que Sevilla se había rebelado contra los franceses, decidió ir a su ciudad natal y unirse.
[94] Su hermano Fernando se alistó en junio de 1808 al ejército español para luchar contra los franceses.
[84] El inglés Henry Richard Vassal Fox, lord Holland, realizó un tercer viaje a España en 1808 y se instaló en el palacio de las Dueñas de Sevilla, donde organizó una tertulia a la que no faltaban Quintana, Arjona, Tapia, Capmany, Alea, Escosura, Arriaza, Jovellanos y Blanco.
El 22 de mayo la Junta publicó un decreto ambiguo en este sentido,[105] que a Blanco le pareció decepcionante.
[116] Un amigo suyo, el pintor Lascelles Hoppner, al que había conocido cuando visitó Sevilla para estudiar las pinturas de Murillo, le llevó a Londres.
Este, a su vez, le remitió al sacerdote francés René Juigné, un exiliado que trabajaba de editor.
[125] El periódico circuló ampliamente por América y tuvo influencia incluso cuando ya había dejado de publicarse.
También criticaba que el decreto diera poder a la Iglesia católica para censurar y juzgar las publicaciones realizadas.
Además, criticó que el artículo 12 de la Constitución estableciese la confesionalidad católica del Estado y prohibiese las demás religiones.
Además, se dio voz a absolutistas como el obispo de Orense y José Joaquín Colón.
Se publicaron textos de independentistas radicales como Camilo Henríquez, Simón Bolívar y Andrés Bello.
[148] Se propuso escribir un examen total de sí mismo, comenzando White examina a Blanco.
Se encontró con Blanco en Ufton, en un momento en que había perdido el interés por la teología, y le encargó colaborar en su revista.
En ella hace gala de un liberalismo moderado, frente a los jacobinos sectarios que agraviaban al rey.
[161][162] Por encargo del editor Rudolph Ackermann escribió entre 1823 y 1825 la revista Variedades o Mensajero de Londres, que se difundía por Hispanoamérica.
[163] En esta revista, publicó en varias entregas y con seudónimo su novela Intrigas venecianas o fray Gregorio de Jerusalén.
Fue la primera vez que montó en ferrocarril y escribió sobre ello un relato infantil llamado Atmos el gigante.
[191] En 1840 escribió un poema a su sobrino: Al joven D. José Mª Blanco White y Olloqui, su tío paterno.
[195] Blanco White ha sido estudiado por diversos académicos, entre los que se encuentran Vicente Llorens, Juan Goytisolo, Antonio Garnica Silva y André Pons.