[6][1] Ingresó en el Cuerpo General de Policía en 1972, destinado en la comisaría provincial de San Sebastián hasta 1975, donde formó parte del grupo antiterrorista y participó en distintas actuaciones contra ETA.
[7] En excedencia desde 1983 hasta 1993, durante estos años se dedicó a la actividad empresarial.
Entre esos trabajos, se cuentan investigaciones encargadas por organismos públicos, entidades privadas y particulares.
[11] En abril de 1984 una quinta misión, encabezada por Rodolfo Sabanero, intentó meter a Lerma en la cárcel.
Villarejo le lavó el cerebro[11] a un drogadicto con antecedentes penales por atracos llamado Juan Carlos Borrallo Rebolledo, que había sido tratado en Narconon, para que se autoinculpase de un robo en la sede de Dianética e implicase en el delito a Lerma.
También se presentó con el mismo discurso otro individuo llamado José Luis Díaz López.
[10] Villarejo, que tenía amistades en esta comisaría, influyó en el desarrollo de la investigación policial.
También amenazó con filtrar más información si no le sacaban del proceso.
[20] Villarejo declaró ante notario que fue el autor de varios informes de la Operación Cataluña, una supuesta maniobra del Ministerio del Interior para frenar el soberanismo en Cataluña.
Algunas cosas más o menos ortodoxas, porque el concepto de legalidad es muy etéreo», añadió.
Se sospechaba que el excomisario había obtenido datos tributarios de este último y que había emitido cinco facturas falsas para camuflar las «exageradas» retribuciones por sus servicios cargadas a su cliente.
[30] El juez también dispuso abrir otra pieza separada, la 3 (Land), para la investigación de supuestos delitos fiscales.
[32] Una vez conseguida dicha información, los coacusados la habrían utilizado como método de presión al ser divulgada públicamente.
[34] La Audiencia Provincial finalmente admitió el recurso interpuesto por Procisa, permitiendo a la promotora pagar la deuda pendiente con las parcelas en disputa.
Fue publicado en el año 2022 por sus autores Gloria Elizo y Pablo M. Fernández Alarcón en la editorial de CTXT.