Muchas de sus poesías, y La Guarda del Campamento, su obra más voluminosa, fueron publicadas póstumamente en Bogotá en ese mismo año, bajo el título de Variedades literarias.
Las inquietudes intelectuales y las dotes literarias de Don Lorenzo María se reprodujeron en su hijo, quien contaba con una amplia preparación cultural, inteligencia y estilo al escribir.
Fue colaborador de muchos periódicos políticos y literarios.
Lleras se distinguió como fácil y oportuno improvisador, de cuyo trabajo queda muy poco.
En Costa Rica se le recuerda porque fue el autor de la primera letra del Himno Nacional de Costa Rica estrenada en 1873.