En 1953 publicó su primer poemario, Ocasiones para amarte; posteriormente ha ido ampliando su obra poética, recogida al completo en Desolación y vuelo (Tusquets, 2011).
En el caso de Corredor, y desde Carta a Li Po, ese culturalismo está especialmente marcado por el taoísmo y el budismo, en busca del despojamiento de la palabra poética, de la poesía pura o desnudez que perseguía Juan Ramón Jiménez, muchas veces a través de las impresiones paisajísticas efímeras propias del haikú.
Esta obra lírica ha sido reconocida con premios como el Boscán (1961) y el Nacional de Literatura (2005).
Su labor de traductor y antólogo halla su cumbre con Poesía catalana contemporánea (1983, reed.
en 2001), que recibió el Premio Nacional de Traducción entre Lenguas Españolas en 1984.