[2] Su padre, también llamado Antonio, fue un poeta modernista que publicó un único libro, Otra más alta vida, en 1919.
En 1934, ya huérfano de padre, se trasladó con su madre, Amelia Lobón, a la capital leonesa.
Al día siguiente de cumplir 14 años, empezó a trabajar como meritorio y recadero en el hoy extinguido Banco Mercantil.
Mientras trabajaba en el banco, tomó contacto y fue parte de la resistencia intelectual al franquismo.
Se dio a conocer poéticamente con Sublevación inmóvil (1953-1959), publicado en Madrid en 1960, obra con la que fue finalista del premio Adonais de poesía, y que supuso una ruptura con las tradicionales reglas realistas de la época.
Durante estos años, comenzó a colaborar asiduamente en diferentes revistas culturales.
A esta etapa pertenecen La tierra y los labios (1947-1953), no publicado hasta la aparición del volumen Edad, que recoge su poesía hasta 1987; Exentos I (1959-1960), poemas no aparecidos hasta Edad; Blues castellano (1961-1966), obra no publicada por motivos de censura hasta 1982 y elogiada por David González (poeta), que la considera "germen del realismo sucio en España";[5] y Exentos II (Pasión de la mirada) (1963-1970), publicada con múltiples variaciones en 1979 con el título León de la mirada.
En 1992 apareció Libro del frío, que le consagra como uno de los poetas más importantes en lengua castellana.
[9] “Antonio Gamoneda se encuentra con el expresionismo de Trakl, y sobre todo, con la última poesía de Lorca, cuya difícil herencia es sin duda hoy el único en atreverse a recoger”.
[11] “Tres son los puntales, repetidos por el poeta insistentemente en [sus] escritos, sobre los que se alza la estatura de su pensamiento poético: - La naturaleza autorreferente de la palabra poética –intrarreferente, dice él también–, cuya significación y cuya realidad no atraviesan hacia una referencia exterior.