John Cooke Bourne nació en Londres, donde su padre trabajaba como sombrerero en Covent Garden.Esto condujo a la publicación en 1846 de Historia del Great Western Railway.[10] Para este trabajo, Bourne había partido de sus acuarelas originales para generar litografías.Fueron presentados al propio Britton, quien sugirió la conveniencia de que fueran publicados.Aunque el Sr. Bourne no había hecho previamente ningún dibujo sobre piedra, tuvo un éxito eminente incluso en sus primeros intentos; y la totalidad de la serie (treinta y siete en número) fue así ejecutada por él mismo.Las ilustraciones se publicaron en cuatro partes periódicas, a una guinea cada una (folio super real).[13] Una de las primeras reseñas de este trabajo en The Architectural Magazine realizada por John Claudius Loudon, describió que "el presente trabajo comprenderá una serie de treinta y tres, o más, bocetos terminados, ejecutados por el artista en los lugares respectivos, y trasladados por él mismo a la piedra, con escrupulosa fidelidad."[14] Una revisión de 1939 en The Civil Engineer and Architect's Journal mencionó las otras dos partes.[17] Clooke tenía una intuición especial para reflejar los problemas que encontraban las compañías ferroviarias.La imagen muestra a los o unos obreros despejando el talud de materiales inestables.[21] Freeman & Aldcroft (1991) estipularon que en este volumen "se reduce el énfasis en las hazañas de ingeniería (presumiblemente porque la línea ya tenía algunos años), y el enfoque cambia más a las vistas desde la ventana del vagón y las instalaciones proporcionadas por las estaciones: las maravillas de la construcción han dado paso a los placeres y las comodidades de los viajes en tren".Lo que hace solo unos años atrás eran asuntos de especulación y misterio ahora son reconocidos familiarmente por la gran masa del pblico lector.Se verá que cada rama del tema ha recibido atención, y el resultado es la producción de un volumen altamente meritorio para todas las partes involucradas".Fue animado por Charles Blacker Vignoles, que era un fotógrafo aficionado,[30] a utilizar esas técnicas para documentar la construcción posterior del puente.En el siglo XIX Bourne hizo visible la fascinación por la nueva tecnología ferroviaria.A veces, los rieles eran apenas visibles o coexistían con los elementos del paisaje común de ganado, rocas, cielo y vegetación".Su efecto depende de la repulsión entre la grasa y el agua: una imagen trazada con pigmentos grasos sobre una superficie de piedra caliza lisa se humedece primero y luego se entinta; la imagen repele el agua pero acepta la tinta, mientras que la piedra acepta el agua y, en consecuencia, repele la tinta.Hullmandel, quien fue el litógrafo más importante que trabajó en Inglaterra en la primera parte del siglo.