Varios artistas consagrados, y otros que alcanzarían fama posteriormente, colaboraron con la revista.
La revista era ilustrada por artistas como Cândido Portinari, Poty, Di Cavalcanti, Heitor dos Prazeres y Fayga Ostrower.
La idea central de la revista era remodelar, construir un ambiente cultural diferente, crear nuevas vertientes y superar dicho provincianismo.
Este número nunca fue editado, y el final del cuento permanece como incógnita hasta hoy.
Tampoco sufrió de problemas externos como censura, pues era una publicación apreciada localmente por su gran repercusión nacional.