Fue designado una misión especial cerca de la corte de Lisboa, pero su nave fue apresada en alta mar por corsarios franceses, lo que le obligó a memorizar y destruir los documentos que transportaba.
En marzo llegaba a Montevideo, pero ante el pedido de credenciales, contestó que no tenía ninguna.
Dos años más tarde pasó a Río Grande del Sur, a disposición del gobernador Diogo de Sousa, conde de Río Pardo.
Mientres Sousa avanzó por el este, Curado lo hizo por la región del río Uruguay.
Logró vencer en varios combates menores a los pocos gauchos que enfrentó, y ocupó la villa de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos.
El armisticio entre el Primer Triunvirato y el virrey Francisco Javier de Elío lo obligó a retirarse.
Participó en las siguientes operaciones, estableciendo su cuartel general en el paso del Lageado, hasta la definitiva victoria de Tacuarembó, a principios de 1820.