Juntos llevaron a cabo importantes encargos oficiales que incluían elaborados dispositivos efímeros para las suntuosas ceremonias fúnebres de la época barroca, así como la decoración de espacios urbanos durante festividades y conmemoraciones destacadas, como el Corpus Christi.[8] El renombre alcanzado por su taller se evidencia en la cantidad de encargos importantes que emprendió en ese período.Este encargo se llevó a cabo como parte de las renovaciones realizadas en el templo a principios del siglo XVIII, reemplazando así al retablo anterior realizado por Pedro de Moros en el siglo XVI.Asimismo, se ha advertido su contribución en la conclusión de la talla del retablo, previo a su dorado en 1716[15].No obstante, los registros históricos revelan que ambos, especialmente Antonio, llevaban a cabo su actividad profesional tanto en Málaga como en Granada de manera simultánea.Sin embargo, una afortunada excepción es un crucificado obra de Antonio Gómez, denominado Cristo del Amparo.