Jean-Baptiste Lamarck
Estudia medicina, en ningún momento llegó a practicarla, interesándose posteriormente por la Botánica influido por Antoine-Laurent de Jussieu.Lamarck inició todos sus cursos con un Discours d'ouverture en el que vertía su pensamiento tal y como este iba evolucionando, algunos de estos discursos han sobrevivido hasta la actualidad.En 1802 publicó Hydrogéologie concebida como la primera parte de una trilogía sobre la física de la Tierra, con una segunda y tercera parte que no llegaron a publicarse: Metéorologie y Biologie, esta última dedicada a los seres vivos.En 1809 publicó su obra Filosofía zoológica en la que desarrolla sus ideas evolucionistas convirtiéndose en la primera teoría sobre la evolución de la vida.En toda su obra, Lamarck defendió la teoría de los cuatro elementos sobre la química más ilustrada propuesta por Lavoisier.Con su teoría se enfrentó a la creencia general por la que todas las especies habían sido creadas y permanecían inmutables desde su creación.Para Lamarck la naturaleza habría obrado mediante "tanteos": "Con relación a los cuerpos vivientes, la Naturaleza ha procedido por tanteos y sucesivamente",[9] y su teoría podría sintetizarse en: las circunstancias crean la necesidad, esa necesidad crea los hábitos, los hábitos producen las modificaciones como resultado del uso o desuso de determinado órgano y los medios de la Naturaleza se encargan de fijar esas modificaciones.Las ideas de Lamarck no fueron tomadas en cuenta en su época, aunque su libro Filosofía zoológica, donde plasmó su teoría, circuló por Francia y también por Inglaterra, obra a la que tuvo acceso el propio Darwin.sólo los heredaba sino que los desarrollaba más con el ejercicio, y pasaba estas mejoras a su hijo».[...] Durante el siglo XX el lamarckismo ha sido defendido por diferentes evolucionistas,[17] y el conocido como “efecto Baldwin” (enunciado por James Marck Baldwin y C. Loyd Morgan a finales del siglo XIX), una versión edulcorada de lamarckismo según la cual los hábitos sostenidos de las especies, por selección natural, se fijarían en la herencia, se mantiene como plausible para resolver algunas dificultades del neodarwinismo.[18][19] Avanzado el siglo XX, la “barrera Weismann” se ha mostrado franqueable, sin poderse probar que los caracteres adquiridos no puedan llegar a ser heredables.El paso de procariotas a eucariotas, descrito en la endosimbiosis seriada, fue consecuencia de estos procesos simbiogenéticos; aunque Mayr y Maynard Smith en los años 90 opinaban que estos procesos nada tienen que ver con el Lamarckismo.Gould (1977) diría: «Dudo que el lamarckismo pueda volver a experimentar un resurgimiento como teoría viable de la evolución».No obstante, Lynn Margulis, entre otras y otros, considera que «una sugerencia principal para el nuevo siglo en biología es que el difamado eslogan del lamarckismo, "la herencia de los caracteres adquiridos" no debe ser todavía abandonado: tan sólo debe ser refinado cuidadosamente».Mi conclusión particular.— La Naturaleza, al producir sucesivamente todas las especies de animales y comenzando por los más imperfectos o los más simples, para terminar su obra por los más perfectos, ha complicado gradualmente su organización, y estos animales, esparciéndose por todas las regiones del globo, cada especie ha recibido de la influencia de las circunstancias en las cuales se ha encontrado los hábitos que conocemos y las modificaciones en sus partes que nos muestra la observación.